lunes, 2 de febrero de 2009

Incendio en Suecia

Pasamos por Suecia y todo me trajo recuerdos.

No pudimos pedalear más porque nos dolían las piernas muchísimo, y lo que hicimos fue parar en un hostal que se llamaba "TOTO". Agustín fue a ducharse y Ricardo se acostó en la cama.

Cuando Agustín se terminó de duchar, entré yo y descubrí que la puerta de la ducha no cerraba bien (y eran públicas). Me tuve que enjabonar con una mano porque con la otra tenía que cerrar la puerta o sino las tías me veían en pelotas. En una me entra jabón en los ojos y me empieza arder, pero como no me podía lavar bien los ojos con una sola mano me desesperé y me puse a gritar.

Vino Agustín y me preguntó qué pasaba y le pedí que me sostenga la puerta para lavarme los ojos. El problema de Agustín es que él todavía estaba en pelotas. En eso viene Ricardo, y él estaba en pelotas también (aunque no sabíamos por qué ya que no iba a bañarse), y Agustín le pidió que le tapara las pelotas porque con una mano tenía que cerrar la puerta y con la otra mano se tenía que tapar el culo. Ricardo le tapó las pelotas y se tapó su culo pero ahora él necesitaba que alguien le tapase las pelotas con una mano por lo que empezó a gritar pidiendo ayuda casi llorando. En eso vienen dos portugueses, pero vienen en pelotas por lo que el segundo portugués quedó con los cojones al aire y llamó por el móvil para que alguien venga a tapárselos.

Total, que se armó una fila de gente desnuda tapándose las pelotas, a excepción de Olga que era una gorda rusa que aparte de taparle el coño había que taparle las tetas, pero al final se las tapó apoyándolas contra la caja registradora del supermercado de al lado.

Cuando terminé todos se marcharon quejándose, aunque me preguntaba por qué todo el mundo estaba desnudo, y al final Ricardo nos contó que el hostal se estaba prendiendo fuego y como los suecos no soportan el calor, se pusieron todos en pelotas. Los que no eran suecos y sí soportaban el calor se pusieron en pelotas igual por compasión.

Nos marchamos justo cuando el hostal se derrumbó en llamas, pero cuando pasamos por el supermercado vimos una pequeña fila de gente que todavía no se había dado cuenta de que ya se me había ido el jabón de los ojos, y seguían en pelotas.

En fin, los suecos son solidarios, lástima que siempre andan con el culo al aire ante cualquier incendio que se arme.

Cogimos nuestras bicicletas y nos dirigimos a Turquía. Agustín seguía en pelotas, pero al final se enredó un testículo con el freno, cayéndose estrepitósamente por un barranco lleno de serpientes.

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